Según un antiguo programador que trabajó para Apple, Don Melton, Steve Jobs también consideró otros nombres como iBrowse o Alexander pero finalmente, se decantó por elegir Safari.
Para seleccionar una u otra denominación, Steve Jobs repetía en voz alta las opciones disponibles. Ya sabéis muchos de vosotros lo exigente que era para este tipo de detalles, y sin duda, el nombre del navegador tenía que cumplir sus requisitos personales. Finalmente, Safari llegó para quedarse y estar presente en millones de dispositivos a día de hoy.
La idea de Freedom tampoco me desagrada, quizás hoy estuviésemos viendo un navegador con ese nombre instalado de serie en todos los Mac y dispositivos iOS.
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